martes, marzo 13, 2007

Despuntaba el día y, entre sueños, oí el trinar de un ave. Traía en su canto un mensaje, diáfano como el inmenso esa mañana, llegó a mis oídos como el agua que desciende de las altas cumbres. "El hombre quiere soluciones, pero no quiere ser la solución", me dijo. Al ritmo del viento, el pequeño alado entonó esas sabias palabras que todavía hacen eco en mi mente. Al ritmo del viento voló y se hizo invisible en el cielo.

2 comentarios:

  1. El hombre es la pregunta por el Hombre.

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  2. Anónimo9:05 a. m.

    Yo vivo en este mundo, el mío, mi Universo.

    Vos vivís en tu mundo, tus cosas, tu Universo.

    Nada tiene que ver mi galaxia con la tuya; ambas chocan a veces o se miran desconociéndose y con cierta extrañeza.

    Y sin embargo hay un micro-átomo que creo compartir con vos.

    Hay algo que hace que, de vez en cuando, al visitar tu mundo, me siento como en casa y me quiero quedar.

    No dejes de invitarme.

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