viernes, octubre 20, 2006


Como cuando las nubes se convierten en lluvia. Así funciona. Mis ideas se asemejan a gotas de agua. En algunas oportunidades se camuflan en lagos, otras en ríos. La misma esencia en distintos lugares. En ocasiones las he notado envueltas en grandes mares, esperando al inquietante sol venir a su rescate.

Es de noche. Momento ideal para las aguas calmas. Hoy la ciudad está tranquila. La angustia y el deseo lograron convivir. Lo que fue condiciona lo que será: lo moldea, lo limita, lo previene de temidas posibilidades. Al menos actúa así en personas como yo: presas de la reflexión, amantes del planteo. Que no se note. La realidad es más simple...

2 comentarios:

  1. Anónimo11:57 a. m.

    Si el mar no tuviera tu gota, no sería el mismo mar. Lo dijo la Madre Teresa de Calcuta.

    Felicitaciones por regalarnos tu lluvia.

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  2. Anónimo12:44 p. m.

    Hacelo fácil, hacelo simple, hacelo ya.

    Sin vueltas, sin trámites. Sin porqués.

    Este es el momento. Sin dudas, sencillo.

    Ahora.

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