miércoles, enero 19, 2011


Pensamiento en el aire de un olvido sin importancia


No me acuerdo si era abril o mayo, pero ya llevaba un par de meses trabajando en My Cafe. Inmersa en la cultura anglosajona, mis relatos mentales me apartaban de la realidad. -A flat white and the creppes- algún cliente ordenaba. -Ok, sí, sí, ya salen para vos- pensaba yo. Los días pasaban iguales en el café. La rutina encontraba sus paréntesis en visitas inesperadas de las aves de Canberra, tan variadas como particulares. -Si las chicas no fuesen tan gordas y los hombres tan rubios, podría estar perfectamente en Buenos Aires- fue mi relato en un momento. De fondo sonaba Zeppelin y mis colegas y yo canturreábamos alegremente, mirando el reloj. El mundo seguía girando sobre su eje y yo ahí, conociendo otro lugar de esta extraña esfera suspendida en algo aparentemente del color del cielo cuando es de noche. Todo transcurría en un mismo tiempo.

Y yo, como el mundo, no recordaba el principio y no podía pensar en un fin.


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