Quiero que pare el mundo
Porque yo me puse a pensar
Que se detenga en un inagotable segundo
Y así yo pueda terminar

No quiero hablarte todavía
Quizás mañana no piense como hoy
Viste esto que siempre digo
Que no existe conclusión


A veces hablo por hablar
Otras por no saber callar
Y mis palabras dicen mucho por mí
Más de lo que yo quisiera decir

Quiero que pare el mundo
Porque yo me puse a pensar
Pero el mundo vuela en el tiempo
Y yo con él voy a volar



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Soy mujer

Soy aire

Soy cambio

Soy la alegría por el sol de cada mañana y la contemplación de cada noche

Soy naturaleza, por eso canto, como los pájaros al alba

Fluyo por la tierra como el río que se apresura hacia el mar

Soy huesos

Soy carne

Mi motor, la libertad

Se suceden mi cerebro y mi corazón

Se batallan en mis decisiones como si hubiera vencedor

Sincronizada y elegantemente disimulan sus victorias

Eventualmente tapa uno agujeros que el otro dejó

Un sinnúmero de palabras inocentes, las destroza la razón

Conjeturas casi comprobadas, las serena el amor

Inseparables y distintos

Hacen promesas que rompen en justificados instantes

Convierte la cabeza a un sentimiento en algo absurdo

Repara el corazón los destrozos que la razón dejó

Días de lluvia

Empieza a soplar un viento extraño
El aire se pone denso y se vuela todo lo que hay alrededor
Las nubes ordenadamente se amontonan sin dejar lugar al sol
La humedad del aire molesta los pulmones de la gente que se apura, buscando guarida
Me encuentra la lluvia en el balcón
Veinte minutos
Cinco en la ventana
Diez en la cocina, mientras me preparo un té.
Es hermoso ver llover
Mi gata se relame y me mira y se asusta de los truenos
De fondo, Chucho Valdés con su piano
Música de lluvia, cada vez más presente
El perro del vecino ladra afuera y sobresalta a mi gatita
Alguien piensa en mí en algún lugar
Cerca
O lejos
Pero alguien piensa en mí
Yo pienso en nadie

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En mis adentros hay un mundo de rosas sin espinas

De cielos con nubes de ornamento

Y caminos de verdes terciopelo

Donde mi fauna ancestral corre suelta,

Sin pretéritos ni pendientes

Hay tierras fecundas de ideas felices

En los campos de mis ojos relumbrantes

Por la noche las estrellas, centelleantes,

Escoltan a una luna imperturbable

Siempre creciente, nunca menguante

Un recuerdo color sepia de un momento

Un Edén persistente en la intemperie de mis adentros

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