martes, septiembre 21, 2010


Sedientos tus ojos, penetran los míos
Realzan cada glóbulo de mi sangre

Tachamos los días de un eterno calendario
Y entre tanto nos miramos

El fuego de tus entrañas me quema lentamente
El mañana se convierte en ahora

Tus manos no alcanzan,
Mi piel ambiciona tus dedos ardientes

Recorrés mi cuerpo con un mapa perfecto
Y exhalo tus ganas, que en mis ganas convierto

Me sirvo de tu anhelo, consumo tu voluntad
Tus manos me consienten, me hacen temblar

Suspiro tu cadencia, me envuelvo en tu espalda
y no hay nada que detenga nuestras ganas

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