
Parece ser que nada abrirá surcos, nada derretirá el hielo que paraliza lo dulce de la gélida miel que existe en algún lugar.
El astro duerme, y su brillo reluce en dimensiones irreales.
Sueña su sueño cada noche y al alba escapa, al alba muere.
Aniquila el día lo que la noche crea.
La luz derrota lo que resplandece sólo en las tinieblas.
Corta sus alas el filoso viento, cierra sus ojos la gravedad.
Estorba su lengua el fantasma del miedo.
Deshace el deseo que en la noche deseó.